martes, 23 de junio de 2009

Guinea: Anatomía de un golpe de estado (II)

Guinea como objeto de deseo
A todo esto, ¿qué motivos podía haber para dar un golpe de estado en Guinea?Guinea no era un país precisamente rico hasta mediados de la década de 1990. Pero la valoración del país dio un giro radical en 1996, cuando la petrolera americana Mobil descubrió una gran bolsa de petróleo en las aguas del Golfo de Guinea.Desde entonces, una serie de empresas fundamentalmente (aunque no sólo) de Estados Unidos, lideradas por ExxonMobil y Triton, han invertido más de 8.000 millones de dólares en las tareas de prospección y extracción, alcanzando la producción de petróleo en Guinea la cifra de 350.000 barriles diarios en 2004, lo que la convierte en el tercer país del Africa Subsahariana en producción de petróleo, sólo por detrás de Nigeria y Angola. El petróleo representa, en estos momentos, más del 80% del PIB del país. La empresa petrolera española Repsol también cuenta con un permiso de prospección petrolífera.El vecino de Guinea Ecuatorial, Gabón, se encuentra en la situación precisamente contraria: la producción de petróleo del país ha disminuido paulatinamente, al irse agotando sus reservas. Gabón es un país profundamente subordinado a Francia; la comunidad francesa representa el 4% de los habitantes de la capital. Como dato curioso, Gabón es el país con mayor consumo de champán francés per cápita del mundo. El país está dirigido, desde hace más de cuarenta años, por el decano de los dictadores africanos, Omar Bongo, que se convirtió al Islam en 1971 y es el Gran Maestre de Diálogo, la primera gran logia africana en ser reconocida por la masonería francesa.Entre ambos países hay una serie de islas en la bahía de Corisco (Mbañé, Cocoteros y Conga) cuya propiedad Gabón le disputa a Guinea Ecuatorial. La más conflictiva de esas islas es Mbañé, que pertenecía a España desde marzo de 1843 y que pertenecería en la actualidad, por tanto, a Guinea Ecuatorial. Sin embargo, Gabón ocupó ilegalmente el islote en 1972 y desde entonces está latente un conflicto diplomático que, en principio, no tenía demasiada importancia, pero que pasó a complicarse al descubrirse petróleo en las aguas de la bahía de Corisco. Al no haberse delimitado nunca con precisión las aguas territoriales y las fronteras marítimas, la posesión de ese islote puede significar la diferencia entre acceder a un yacimiento petrolífero o no.En la actualidad, ese conflicto está sometido al arbitraje de la ONU, que primero nombró a un franco-canadiense (Yves Fortier) como mediador y recientemente lo sustituyó por un suizo (Nicolas Michel), sin que se hayan producido avances de ningún tipo.La situación política en Guinea Ecuatorial está marcada, por tanto, por dos factores estrechamente relacionados: la abundancia de petróleo en sus costas y el larvado conflicto territorial con Gabón.A esos dos factores se une el hecho de que la de Guinea Ecuatorial es una de las dictaduras más corruptas y menos respetuosas de los derechos humanos que existen y que, para colmo, está amenazada de una permanente inestabilidad, dado el precario estado de salud de su presidente Teodoro Obiang. Los conflictos sucesorios forman parte inherente de la convulsa política interior guineana, con dos candidatos enfrentados a la hora de suceder a Obiang: su hermano, Armengol Ondo Nguema, uno de los hombres fuertes del sanguinario régimen; y el hijo de Obiang, que ha heredado de su padre el nombre de Teodoro, aunque al parecer no las aptitudes para dirigir ese conflictivo país.Grandes reservas de petróleo, un régimen dictatorial con pocos apoyos en el exterior y una situación interna enormemente convulsa. Ésos eran los factores que se aunaban en 2004 para convertir Guinea Ecuatorial en un oscuro objeto de deseo.Crónica de un golpe malditoLos detalles del golpe se fijaron, según la declaración de Simon Mann, en mayo de 2003, en una reunión en la casa del libanés Eli Calil en Londres, a la que asistieron el propio Mann y Mark Thatcher, El plan consistía, según declaró ante un tribunal sudafricano uno de los implicados, Crause Steyl, en utilizar algún tipo de añagaza para atraer a Teodoro Obiang hasta el aeropuerto de Malabo, con el fin de secuestrarlo y trasladarlo a España.Para el éxito del golpe se contaba con una baza fundamental. El mercenario Nick Du Toit, a quien algunas informaciones periodísticas sin confirmar relacionan con el tráfico de armas y de diamantes, había estado trabajando dos años en Guinea Ecuatorial para el propio dictador Teodoro Obiang, con un contrato para entrenar las fuerzas paramilitares y los cuerpos de aduanas guineanos. Era un hombre de confianza de la familia Obiang.En 2003, después de vencer ese contrato, Du Toit entró otra vez en Guinea como hombre de negocios, aparentemente para montar un empresa dedicada a la pesca. En la práctica, su misión consistía en preparar el terreno para el triunfo de la intentona golpista que habría de tener lugar al año siguiente.Según la declaración de Steyl, Nick du Toit, aprovechando su amistad con Obiang, iba a pedir al presidente guineano que fuera al aeropuerto de Malabo, porque supuestamente le iban a regalar allí varios vehículos todoterreno de lujo que acababan de llegar por avión. La idea, según Steyl, era que "hubiera hombres armados dentro del avión, entre los vehículos, apoyados por la fuerza que habría llegado desde Sudáfrica". De ese modo, Obiang sería secuestrado y, al mismo tiempo, Severo Moto desembarcaría en Guinea y se haría con las riendas del país.Serían tres los equipos que participarían en la operación: el primero de ellos, dirigido por Du Toit, se infiltraría como avanzadilla en Malabo con anterioridad al golpe, para preparar la trampa destinada a Obiang. Un segundo equipo, formado por el grueso de los mercenarios, viajaría desde Sudáfrica el mismo día del golpe, con las armas. Finalmente, un tercer equipo sería el encargado de escoltar a Severo Moto desde España hasta Guinea, para hacerse con las riendas del poder. Du Toit ayudaría, asimismo, a Simon Mann en todo lo relativo al acopio de las armas.De cara a preparar la logística del atentado, Mann y Du Toit contrataron los servicios de varios mercenarios de alto nivel. La adquisición y el pilotaje de los aviones que habría que utilizar en la operación se le encargó a un antiguo compañero de ambos, Crause Steyl, que dirigió las operaciones aéreas de Executive Outcomes a mediados de los 90.Otros dos mercenarios de alto nivel, Harry Carlse y Louwtje (Lourens) Horn, se encargarían de ayudar a Mann y Steyl con las tareas de aprovisionamiento. Carlse y Horn trabajaban para otra empresa de seguridad, Meteoric Tactical Solutions, con sede en Pretoria. El primero de ellos era su representante para Oriente Medio, mientras que el segundo era el representante para Iraq. El director de Meteoric Tactical Solutions niega cualquier implicación de la empresa en la intentona y, como veremos después, su papel puede ser más complejo de lo que a primera vista parece.Simon Mann iba diciendo a los hombres a los que contrataba que el golpe contaba con el apoyo de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Gran Bretaña y España, y con la autorización del servicio secreto y del gobierno sudafricanos. Como luego veremos, aquello tenía bastantes pocos visos de ser cierto.Crause Steyl se encargó de seleccionar los aviones y helicópteros que se iban a utilizar para el golpe. Según su declaración ante los jueces sudafricanos, el propio Mark Thatcher (con quien se reunió en tres o cuatro ocasiones y que le había sido presentado por Greg Wales en un aeropuerto cercano a Johannesburgo) le ayudó en esas tareas de selección.El asunto de los helicópteros se trató inicialmente en julio de 2003, en una reunión entre Simon Mann, Mark Thatcher y Nick Du Toit, según la declaración de este último.En el último trimestre de 2003, Mark Thatcher y Crause Steyl montaron en Sudáfrica una empresa denominada Triple A Aviation Services (lo de Triple A quiere decir "Air Ambulance Africa"). La inversión de Mark Thatcher fue de 275.000$. La tapadera de la empresa era la prestación de servicios de ambulancias aéreas, pero en realidad debía encargarse de dar cobertura legal a las adquisiciones de material aeronáutico para el golpe. En enero de 2004, Triple A Aviation Services firmaba el correspondiente contrato con Logo Logistics, la empresa de Simon Mann. Dos de las empresas de Du Toit (MTS y Triple Option Trading 610) firmaron contratos similares con Logo Logistics.En cuanto a las armas, la intención era adquirirlas a la empresa Zimbabwe Defence Industries, propiedad del propio gobierno de Zimbabue y dirigida por el coronel Tshinga Dube. En las negociaciones, que se llevaron a cabo durante el primer trimestre de 2004, participaron Simon Mann, Nick Du Toit y una tercera persona no identificada. La lista de la compra incluía 20 ametralladoras, 61 rifles de asalto AK-47, 150 granadas de mano, 10 lanzagranadas, 100 granadas RPG y 75.000 cargadores. El importe total de la factura ascendía a 180.000$.Por lo que respecta a los mercenarios de a pie, se contrataron a través de diversas empresas del sector, incluyendo a la propia Military Technical Services de Nick Du Toit. El primer grupo (el de Du Toit) estaba formando por 8 sudafricanos, un alemán y 6 armenios (aunque no está del todo clara su composición, dado que el 7 de marzo de 2004 las autoridades guineanas afirmaron haber detenido a 10 sudafricanos, 4 armenios, 4 kazajos y un alemán).El segundo de los grupos, el de Simon Mann, que viajaría desde Sudáfrica, estaba formado por 20 sudafricanos, 18 namibios, 23 angoleños, dos congoleños y un zimbabués, aunque al parecer todos ellos tenían pasaporte de Sudáfrica. A esos mercenarios se les dijo que iban a la República Democrática del Congo, a realizar labores de seguridad en una zona minera. La intención era hablarles del verdadero objetivo de la misión sólo cuando el avión de transporte hubiera salido de Sudáfrica. El avión había de ser pilotado por Neil, el hermano de Crause Steyl.El tercero de los grupos, el que debía escoltar a Severo Moto hasta Malabo, estaría compuesto por el propio Crause Steyl y otro sudafricano, que se encargarían de pilotar un avión King Air 200.Al comenzar marzo de 2004, Simon Mann ya había recibido en su cuenta centenares de miles de dólares, probablemente para hacer frente a la compra de las armas. Uno de los pagos, de 134.000 $, había sido realizado aparentemente por un tal JH Archer. Otro pago, de 100.000 $, provenía de la empresa Air Africa Ambulance. El grupo de avanzadilla de Nick du Toit, por su parte, había llegado a Guinea Ecuatorial en enero, para ir preparando el terreno.Una semana antes del golpe, Crause Steyl se encargó de adquirir en Estados Unidos, por cuenta de Logo Logistics, un Boeing 727-L100, con número de registro N-4610, que se utilizaría para transportar a los mercenarios desde Sudáfrica a Guinea Ecuatorial. El avión, que antiguamente había pertenecido a la Fuerza Aérea Estadounidense, fue adquirido a la empresa Dodson Aviation Inc de Kansas.Mientras Crause Steyl terminaba de cerrar la logística de transporte, Harry Carlse y Lourens Horn se reunieron con Simon Mann en Zimbabue, para recoger las armas y esperar allí a los mercenarios que habían de llegar desde Sudáfrica. En cuanto al resto de mercenarios, la última semana en Sudáfrica, antes de la operación, la pasaron entrenando con fusiles de asalto AK-47.Al parecer, hubo dos retrasos en los planes, porque la operación estaba inicialmente prevista para el día 18 de febrero, luego se atrasó al 5 de marzo y finalmente se decidió ejecutarla el día 7. Simon Mann insistía en que sus instrucciones eran llevar a cabo la operación antes de las elecciones legislativas en España, previstas para el 14-M.En cualquier caso, el 7 de marzo los distintos equipos de mercenarios se pusieron en marcha de acuerdo con los planes previstos, directos al desastre. El equipo procedente de Sudáfrica sería detenido en el aeropuerto de Harare (Zimbabue), mientras que el equipo de Du Toit sería arrestado por la policía de Obiang en Malabo.
Luis del Pino - 2009

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